Las empresas tienen una tendencia a siempre querer crecer.
El enfoque se vuelve monotemático. Las utilidades a fin año, los números de cada trimestre y la satisfacción de los inversionistas. El resultado: probablemente crezcan.
El resultado oculto: se vuelven sólo una más dentro de la competencia por ser la ‘mejor’. Lo ‘mejor’, sin embargo, es el más subjetivo dentro de los conceptos subjetivos.
Lo bueno es que existe otra opción. En vez de concentrarse en los estándares de crecimiento, enfocar la energía y tiempo en algo más importante: desarrollar un producto o servicio que sobrepase las expectativas. Es decir, que sea único. Algo muy diferente a ser el ‘mejor’.
La ventaja de las empresas pequeñas es que pueden darse ese lujo. No hacer parte de esa competencia desesperada de los números y, por el contrario, definir las propias reglas de juego.
En Pinzón Pinzón & Asociados combinando la experiencia de 32 años con las nuevas ideas, preferimos este camino menos transitado.
Sabemos que los números importan. Pero el crecimiento lo vemos como algo secundario. Como una consecuencia de lograr algo más relevante: la excelencia en nuestro servicio.
Esa que, inesperadamente, sobrepasa las expectativas.
Aliados trabajando por su tranquilidad.